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Coordinadora Tres Ríos

Putaendo

Putaendo Bajo Amenaza: la Defensa del Agua es la Defensa de la Vida

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Putaendo se encuentra en estado de alerta, ya que su cordillera se encuentra amenazada por sendos proyectos de la Gran Minería, los que, de instalarse, afectarán las fuentes de generación de agua, poniendo en grave riesgo la forma de vida basada en la agricultura, ganadería, pequeña minería y el turismo. Entre las empresas que poseen pertenencias mineras encontramos a Angloamerican, Antofagasta Minerals, TECK, Los Andes Copper y Rio Tinto.

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El proyecto minero que se encuentra más avanzado corresponde a la minera canadiense LOS ANDES COPPER LTD., la que a través de su filial chilena Cía. Minera Vizcachitas Holding desarrolla el proyecto minero ubicado en el Sector Las Tejas, que requiere 202 MW de energía y 1.325 litros por segundo de agua. Proyectan instalar el tranque de relave en el Estero del Chalaco trasladando el desecho a través de una tubería que pasará por sobre el río y el Embalse Chacrillas. (www.losandescopper.com, 2016)

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Sitio Web

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¿Por qué este proyecto es una amenaza para el Valle?

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Porque la mina es un proyecto a rajo abierto que se emplaza en el lecho del Río Rocín, amenazando el flujo normal de agua destinada a agua potable, riego agrícola y de la flora y fauna del valle. Es una explotación intensiva en un valle muy estrecho, que generará grandes movimientos de material y polvo, afectando los glaciares rocosos del sector. El tranque de relave amenaza las aguas del Estero del Chalaco desde donde se proveen de agua las comunidades rurales de Los Patos y Casablanca. Los relaves son una torta de contaminación constante y que, a pesar de las medidas de seguridad que se tomen, igualmente percolan contaminación a las napas subterráneas, generan polvo contaminado con metales pesados y metaloides que afectan el medio ambiente y la salud de los seres vivos, en especial de los adultos mayores y niños. Ya hemos visto lo que ocurre en Antofagasta, Calama, Copiapó, Chañaral y Caimanes, por nombrar algunos.

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La mega minería ocupa grandes cantidades de ácido sulfúrico en su proceso, afectando las napas subterráneas y con ello el agua potable de la ciudad y de riego agrícola, perjudicando especialmente a los pequeños agricultores y sus trabajadores, ya que contaminarán los cultivos, afectando la calidad de los productos agrícolas.

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En tiempos de sequía la cuenca y afluentes del Rio Putaendo (Río Rocín y Estero del Chalaco), traen un caudal de entre 800 y 1.200 litros por segundo y ya sabemos que la minera requiere 1.325 l/seg para su operación, entonces: ¿Procesan el metal o cultivamos la tierra?

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La oferta engañosa de los operadores mineros es la oferta de trabajo bien remunerado, pero sabemos que los cupos de trabajo que generan ocupa mano de obra calificada, que las empresas mineras contratan desde otras mineras del país o a través de contratistas que ya tienen sus equipos formados. Lo que quedará para los habitantes del valle será marginal. Por lo tanto, a nuestra ciudad llegarán gran cantidad de afuerinos que afectaran la forma de vida, aumentando los precios de los productos básicos, colapsando las calles por el aumento del parque automotriz y la circulación de grandes camiones; aumentará la delincuencia, el alcoholismo, el tráfico de drogas y la prostitución. Eso lo vemos a diario en ciudades mineras como Calama y Antofagasta. A no engañarse, la minería solo ocupa en torno al 3% de la fuerza laboral del país, en contraste con los empleos que generan la agricultura, los servicios y el comercio.

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Se construirá también una hidroeléctrica de pasada, que contempla el entubamiento del Río Rocín en alrededor de 14 kms. y cuyo punto de toma del agua se encuentra justo antes de la zona donde se proyecta la explotación minera, generando apenas 29 MW (el proyecto requiere 202 MW). Evidentemente, el único propósito de esa hidroeléctrica es secar el lecho del río justo en la zona donde se encuentran las vetas de mineral, afectando el ecosistema del valle y la pérdida de caudal, debido a la gran cantidad de vertientes que existen en ese tramo. La energía de esta central no tendrá ningún beneficio para los habitantes de Putaendo, sólo aportarán torres de alta tensión en el paisaje y los males que genera el electromagnetismo en la salud de las personas.

El cajón del Río Rocín es una zona con muchos sitios arqueológicos e históricos. Recordemos que aquí vivieron comunidades indígenas Picunches, Diaguitas y Aymaras, que gozaban de la diversidad que les proveía el valle. También por aquí pasó el Ejército de Los Andes que hizo de Putaendo el primer pueblo libre de Chile.

 

¿Debemos preocuparnos si las autoridades harán su trabajo?

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Sí, debemos preocuparnos y sobre todo OCUPARNOS, porque la actual Constitución de la República, la legislación ambiental, el Código Minero y el Código de Aguas, todas redactadas durante la dictadura de Pinochet, permiten el desarrollo de estos proyectos, con normas muy por debajo de los estándares internacionales, incluyendo las que exigen las regulaciones de los países a los cuales pertenecen estas empresas. Ya han realizado 154 prospecciones mineras declaradas e intervenido el valle, burlando la normativa ambiental, con la reserva su patrimonio social y natural casi intacto, convirtiéndose en un modelo de a seguir para el resto de las localidades. 

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Sin embargo, su equilibrio se ve actualmente amenazado por la expansión de la minería no metálica, liderada por la empresa Canadiense Andes Copper y apoyada por el estado Chileno. Su presencia en el territorio es percibida como una seria amenaza, arriesgando tanto la salud como la vida comunitaria de los habitantes de Putaendo.

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Es bajo este contexto que diversas organizaciones sociales y medioambientales han surgido para la protección de este territorio, destacando La Coordinadora Tres Ríos y Putraintú. En conjunto, intentan proteger a Putaendo de entrar en las lógicas de producción extractivista y neoliberales que caracterizan a amplias zonas dentro de la región.

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Esta amenaza se ve reforzada por una sucesión de hechos que han ido mermando la capacidad de auto-regular el territorio, comenzando por la demarcación de propiedad de la serranía y su posterior privatización en 1980. Asimismo, el código de aguas de 1981 vino a privatizar el uso de las aguas, subordinando este bien social a intereses particulares. En el año 2016, y luego de iniciadas las campañas de exploración minera en la región, se ha detectado la contaminación del río Rocin con metales pesados, principal afluente de la zona. 

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Es bajo este contexto que la comunidad de Putaendo se encuentra fuertemente organizada por la defensa de su territorio, habiendo realizado diversas protestas y acciones legales en contra de los responsables.

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